En el mundo de los vinos, así como en el de jamón, turrón y otros productos, la denominación de origen toma el papel de marca paraguas que puede tener aun más poder que las mismas marcas a las que reúne. Es decir, una D.O. transmite al consumidor mucho más que una zona geográfica, que es en un principio su función.
Pero en la realidad, las D.O. transmiten un nivel de confianza actuando como sellos de garantía que le indican al consumidor cierto nivel de calidad, sabor, valor y por supuesto origen. Por lo que no hay que extrañarse si al elegir un vino pensemos antes en la D.O. que nos apetece y ya después salten a nuestras mentes las marcas de esa D.O.
Pero volviendo un poco al título de esta historia, ¿qué le puede aportar un dominio genérico a una empresa en el mundo de los vinos?
Para comenzar, como ya bien se sabe, no es posible registrar o apropiarse de una denominación de origen, pero sí un dominio genérico con esa denominación.
Aparte, teniendo el nombre de la denominación en el dominio despertará en los consumidores las sentimientos relacionados con esa D.O.
También, al usar un dominio genérico con una D.O., por ejemplo, como nombre de un blog, tienda, en acciones de marketing online y offline o simplemente redireccionadolo hacia la pagina web principal, reforzara la asociación marca-producto de la empresa creando a su vez barreras a la competencia.
Un dominio genérico es realmente una herramienta de marketing muy versátil, de bajo coste de mantenimiento que trabaja para el negocio día y noche todo el año.
Salud y saludos!
Crédito imagen – copa de vino: Trish Hughes
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